#ArtesYRedes: Pero allí donde está el peligro, crece también lo que salva

¿Qué pasa con el arte en época de redes sociales? ¿Cómo viven lxs creadorxs el impacto de estas interacciones virtuales en los lenguajes artísticos y en las costumbres y sensibilidades de los públicos? Para acercarnos a los variados dilemas y posibilidades que generan estas tecnologías, le pedimos a diversxs artistas que nos cuenten cómo es su relación con las redes sociales en los formatos propios de las aplicaciones web más usadas.

Por Verónica Carpintero y Gisela Cassettai*

Las redes sociales han modificado profundamente los modos de interacción y las maneras de expresarse de las personas. El arte como parte de lo social no quedó excluido de esa dinámica que atraviesa las miradas, modifica la sensibilidad y transforma nuestras formas de ser y estar en el mundo.

El tiempo y el espacio; lo público y lo privado; la persona y el personaje; lo guionado y lo espontáneo; los públicos y lxs artistas; la autoría y la reapropiación colectiva. Diversos dilemas y posibilidades vinculados al arte se ven hoy atravesados y trastocados por la creciente presencia de las pantallas en nuestras vidas.

A partir de allí nos preguntamos cómo viven lxs artistxs esa realidad: cómo conviven con las redes sociales, cómo las habitan; cómo sus producciones se ven condicionadas por las lógicas de la tecnología o cómo se apropian de ella y la adaptan a sus necesidades artísticas. Para conocer su mirada, desde UN RATO le pedimos a diversxs artistas que nos cuenten cómo es su relación con las redes sociales en los formatos propios de estos entornos virtuales.


Aquello que nos muestran las redes sociales es fragmentario y efímero. El inmenso flujo de imágenes que circula por ese medio, desde la visión de la artista visual Kiki Roca, es violento y anula todo proceso artístico. “Allí donde la realidad se transforma en simples imágenes, las simples imágenes se transforman en realidad”, plantea al respecto Guy Debord en La sociedad del espectáculo. Esa dinámica del recorte, de la velocidad, nos permite transitar en múltiples direcciones pero sin llegar a profundizar en ninguna experiencia o conocimiento concreto. La instantaneidad en las redes no busca procesos reflexivos, quizás más bien podríamos pensar que apunta a lo emocional y afectivo.

Kiki sostiene, además, que este sistema te obliga a que estés continuamente mostrándote: de lo contrario no existís. Si bien las redes sociales permiten que el arte llegue a un número mayor de personas que a través de los canales y espacios tradicionales -muestras, teatros o audiciones- en el ámbito digital las distancias y la privacidad desaparecen por imposición en una sociedad caracterizada, según el filósofo surcoreano Byun Chul Han, como transparente.

“El dominio de la transparencia empobrece -afirma Han- porque a través de la comunicación y la información se impone un lenguaje carente de misterio y ambigüedad. En la sociedad de la transparencia, la distancia y el pudor (ocultamiento) pierden su antigua relevancia cultural como elementos de la vida, la contemplación estética, la seducción”. 

Otra cara de esta pérdida de distancia es percibida por Cecilia Griffa, actriz y música oriunda de San Francisco (Córdoba) que hoy vive en un barco junto a su compañero recorriendo distintos países latinoamericanos con el proyecto de teatro y educación popular «Navegar Cien Mundos». Desde allí, Cecilia cuenta que gracias a las redes se siente cerca de lugares lejanos y en contacto con personas que desconoce, pero a la vez se cuestiona sobre el aquí y el ahora en ese espacio virtual. 

En ese acercar-a-otrxs las propias producciones artísticas se enfocó la ilustradora cordobesa Flora Marquez, que cuenta que para lograr la visibilidad de sus trabajos adapta las redes a sus producciones y nunca a la inversa.

La experimentación y la reapropiación colectiva de las creaciones es uno de los aspectos que muestra la experiencia compartida por Hernán Rossi, realizador audiovisual, actor y artista visual. Su uso de las redes sociales subraya también las posibilidades de innovar en nuevos formatos y de generar contenidos de acceso abierto que permitan a la vez un diálogo con una comunidad.

Por último, desde el mundo de la música, lxs Soul Bitches, banda de neosoul yfFunk, echan luz sobre estos entornos virtuales como herramientas claves para la promoción de sus canciones y sus recitales, pero también como un puente para acercarse a sus seguidorxs. Un espacio donde ir más allá de sus creaciones para mostrar también las personas, identidades y pensamientos de quienes conforman la banda, antes y después de subir al escenario. Un uso que señala otra cara de este permanente mostrarse que promueven las redes para lxs artistas. 

Hoy nos relacionamos cada vez más a través de las pantallas. Esa dinámica es resultado de los cambios que van experimentando los cuerpos y las subjetividades a lo largo de la historia y la forma en la que nos adaptamos a las herramientas culturales de las que disponemos en nuestro ambiente, como plantea la antropóloga Paula Sibilia. Entonces, las tecnologías que utilizamos para comunicarnos “cargan consigo ciertos valores y creencias típicos de las sociedades que las gestaron. Se pueden resignificar pero en general tienden a ser usadas de cierta forma. Suponen ciertos modos de vivir y no otros”. 

“Pero allí donde está el peligro, crece también lo que salva”, decía siglos atrás el poeta Friedrich Hölderlin. Actualmente, aún cuando las redes sociales imponen ciertas lógicas en las formas de crear y de vincularnos, también son circuitos donde muchxs artistxs consiguen difundir sus producciones, que por otros medios se les dificultaría por los altos costos, y se convierten en un espacio donde organizarse, comunicarse y multiplicar el intercambio de ideas y conocimientos. 


*Licenciadas en Comunicación Social, Facultad de Ciencias de la Comunicación, UNC.

Coordinación imagen: Micaela Conti

College portada: Jazmín Cabrera

Edición de videos: Camila González Burón