“Existe una diversidad que sólo el arte puede generar”

La forma de producir conocimiento desde el arte, su singularidad y las sensibilidades que pone en juego generan una incomodidad en el sistema universitario, hacen temblar sus esquemas. Según lxs rectorxs de las universidades de artes de Ecuador, Ramiro Noriega Fernández, y de Buenos Aires, Sandra Torlucci, este lugar hace del arte un camino posible para realizar las reformas necesarias en las universidades del presente, basadas casi de manera exclusiva en el conocimiento científico y en lógicas patriarcales y coloniales. De visita en Córdoba en el marco de la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES) 2018, ambxs rectores dialogaron con UN RATO sobre los desafíos y potencialidades del arte en la educación superior de América Latina.

Por Lucía Maina Waisman*

El reconocimiento del arte como productora de conocimiento es una batalla que desde hace tiempo se viene dando hacia dentro y hacia fuera de las universidades. Una resistencia que repite una y otra vez que el teatro, la música, el cine, las artes visuales, la literatura no son simples adornos sino maneras de mirar, percibir, comprender y transformar el mundo. Sus particularidades a la hora de investigar, enseñar y producir frente a la ciencia y la técnica son muchas veces ignoradas en las universidades. Sin embargo es allí, en sus dificultades para encajar, en su peregrinación para explicar su sentido y su valor, donde el arte encuentra también su potencialidad. Como un extranjero que, con su presencia, delata los muros que rodean al modelo educativo dominante y ofrece algunas pistas de cómo empezar a derribarlos para hacer de sus instituciones un espacio más diverso, es decir, más parecido y cercano a la sociedad de la que forman parte.

La mesa de debate “Artes y patrimonio cultural en la educación superior” se realizó el 13 de junio en el CePIA de la Facultad de Artes de la UNC.

Este complejo lugar que el arte ocupa en las universidades fue uno de los tantos temas que puso en debate la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES) 2018, organizada por la UNESCO, la Universidad Nacional de Córdoba, el Consejo Interuniversitario Nacional y la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación. La conferencia regional realizada en Córdoba en junio pasado implicó un profundo trabajo en red desde las instituciones vinculadas al campo artístico para lograr que el arte sea reconocido, junto a la ciencia y la tecnología, como un conocimiento y un valor indispensable para las sociedades y las universidades latinoamericanas.

Uno de los espacios para lograr este reconocimiento del campo fue la mesa de debate “Artes y patrimonio cultural en la educación superior”, realizada el 13 de junio en el CePIA de la Facultad de Artes de la UNC. Desde UN RATO dialogamos con Ramiro Noriega Fernández, coordinador del debate y rector de la Universidad de las Artes de Ecuador, y con Sandra Torlucci, rectora de la Universidad de las Artes de Buenos Aires y una de las expositoras de la charla, para compartir sus reflexiones sobre la situación del arte y los aportes que ésta puede ofrecer para las reformas que son necesarias en la educación superior de nuestros días.

La Facultad de Artes de la UNC estuvo presente en el Coloquio Regional “Balance de la Declaración de Cartagena y aportes para la CRES 2018” realizado en noviembre de 2017 en Buenos Aires.

El arte y sus particularidades como camino posible para transformar las universidades del presente, y superar un proyecto educativo basado casi de manera exclusiva en el conocimiento científico y en un modo de pensar que aún se aferra al patriarcado y el colonialismo son algunos de los ejes centrales que plantean ambxs rectorxs. Desde allí remarcan que la creación artística y las sensibilidades que ella pone en juego puede abrir las puertas de las instituciones de educación superior hacia la interculturalidad y el diálogo de saberes. Además, subrayan la importancia del derecho de todxs a estudiar, consumir o producir arte.

“Hasta el siglo XXI no hubo ni una universidad de Artes”, expresó por otro lado Torlucci, durante la mesa realizada en el CePIA, para destacar las dificultades que encuentra el arte para ser reconocido en el ámbito de la educación superior. Son estas dificultades las que llevaron a diversas universidades, facultades e instituciones latinoamericanas vinculadas al campo artístico a trabajar a lo largo de los últimos cuatro años para tener incidencia en los debates y conclusiones de la CRES 2018. Así fue que finalmente la declaración que resultó de la conferencia regional -la cual establece las políticas que los gobiernos de la región deberían seguir durante los próximos diez años- reconoció a las artes, junto a la ciencia y la tecnología, como parte del conocimiento producido en las universidades y como “pilares de una cooperación para el desarrollo equitativo y solidario de la región”.

Pluriversidad e interculturalidad

“Hasta el siglo XXI no hubo ni una universidad de Artes”, subrayó Torlucci durante la charla.

El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, quien brindó la conferencia inaugural de la CRES 2018 (enlace a la nota de este mismo numero “Hay que radicalizar la lucha…”), propone que el gran desafío de las universidades a principios del siglo XXI es transformarse en pluriversidades, es decir, en espacios para lograr un verdadero diálogo de saberes. Su propuesta es abandonar la arrogancia de la universidad y la ciencia como única fuente de conocimiento para poder articular con otros saberes de la sociedad, para reconocer la diversidad epistemológica del mundo y aceptar que, según nuestros objetivos, debemos recurrir a diferentes formas de conocimiento. Según Noriega y Torlucci, el arte tiene, en este desafío, un rol fundamental; ya que representa una disonancia y una tensión con el sistema de conocimiento tradicional y desde allí puede aportar un espíritu crítico y transformador.

Según la rectora de la UNA, el arte es lo que más necesita el sistema de educación superior actual, marcado por un modelo patriarcal, logocentrista y mercantilista que no ha logrado aún superar la colonización. “La única forma en que se pueda dar la pluriversidad o una epistemología plural es a través de las artes”, dice. Y cuenta que tanto Boaventura de Sousa Santos como el ex secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador, René Ramírez, acordaron con ella en el rol fundamental del arte en este sentido. “Existe una diversidad que solo el arte puede generar para correrle permanentemente el paradigma logocentrista a los científicos y los tecnólogos y poner en crisis las estructuras y los esquemas que la ciencia siempre trata de mantener”, agrega.

En ese sentido, Torlucci aclara que la propia forma de producir conocimiento desde el arte hace temblar esos esquemas: “Los artistas nos interesamos siempre por la diversidad cultural, y no me refiero solamente a los pueblos originarios, hablo de los pueblos migrantes, de las comunidades que van generando mezclas culturales porque se mudan y arman familias diversas en el sentido incluso cultural y no solamente étnico, religioso, etc. A los artistas nos llama mucho la atención ese tipo de encuentros porque justamente allí aparecen cosas nuevas, otras miradas y perspectivas”.

A partir de la experiencia del Estado de Ecuador en los últimos años, Noriega coincide en que el campo artístico y cultural puede “poner en entredicho el sistema hegemónico de la educación”, con medidas como la creación, por ejemplo, de la Universidad de las Artes en su país. Además, cuenta que a partir de la última reforma de la educación superior, la Asamblea Nacional ha reconocido a la creación artística como productora de conocimiento: “Ese es un hecho gigante en términos de la interculturalidad porque supone que en el Estado ecuatoriano concebimos que los conocimientos provienen de tres caminos: uno, el formal que conocemos todos en el campo universitario tradicional; el segundo, que es resultado de las luchas de los pueblos que aquí llaman originarios, es el reconocimiento de los saberes ancestrales; y ahora el tercero es el campo de lo sensible. Entonces ya hablas de un sistema de conocimiento complejo, y esa complejidad es extremadamente fascinante”.

El rector ecuatoriano destaca que las instituciones de educación superior en artes cumplen hoy un papel crucial: “el de convertirse en una especie de laboratorios críticos de la educación en general, por sus metodologías, por los modos de ver que entrañan, por los actores que aparecen en ese sistema que podemos llamar alternativo”. Para Noriega esto se fundamenta especialmente en que dichas instituciones “atraen grupos sociales, personas y sensibilidades que no aparecen habitualmente en la toma de decisiones en nuestras sociedades y eso ya es un tema de  interculturalidad profundo”. Además, señala que estos espacios posibilitan un vínculo con las comunidades a través de la propia creación artística que inevitablemente comprende a un público y unxs espectadorxs.

Desde su lugar como una de las tan solo cinco rectoras mujeres en todo el sistema universitario de Argentina, Sandra Torlucci también hace hincapié en la importancia de la cuestión de género a la hora de pensar en el arte y la interculturalidad. “El género es la bandera que hoy defiende a cualquier tipo de oprimido, y los artistas también somos oprimidos: por la ciencia, por la tecnología y por los Estados que tienden a la mercantilización, como estos gobiernos neoliberales que hoy nos toca soportar. Entonces creo que la cuestión de género también es una forma de militancia del arte, y el arte es también una forma de militancia de género porque el género es parte de la diversidad cultural”, expresa con su pañuelo verde al cuello, con el que realizó también su exposición en la mesa de debate de la CRES el mismo día en que la ley por la despenalización del aborto se discutía en la cámara de Diputados.

El mismo día que la cámara de Diputados debatía la ley por la despenalización del aborto en Argentina, la rectora de la UNA destacó que las cuestiones de género también son importantes en relación al arte y la diversidad cultural.

El arte y la universidad como derechos

Miles de personas se encontraron en la III CRES, realizada en Córdoba por ser la ciudad donde nació la Reforma del ´18 como movimiento de transformación que dejaría su huella en la gran mayoría de las universidades de la región. Cien años después, esta conferencia regional impuso el gran desafío de defender la educación superior como un derecho en una Latinoamérica marcada por un contexto de creciente mercantilización y neoliberalismo.

Después de diversos debates y discusiones, la declaración final del encuentro reconoció la educación como bien público social y por tanto como un derecho que debe ser garantizado por los Estados. En este sentido, Torlucci y Noriega reflexionaron sobre la importancia de este derecho a la educación, y también sobre el derecho de todxs no solo a consumir sino también a estudiar y producir arte.

“El arte puede -porque de alguna manera históricamente pudo- autogenerarse, autogestarte y producirse; pero sin el apoyo de las instituciones es muy difícil que el arte se pueda hacerse extensivo a toda la población”, sostuvo la rectora de la UNA, quien cuestionó las actuales políticas universitarias que tienden al desfinanciamiento por parte del Estado. Y explicó: “Todavía gran parte de la población no comprende la posibilidad de estudiar artes y (…) y muchas veces es por error, por no entender que el arte también da trabajo; que los oficios artísticos, por ejemplo, son muy buscados”. Además, destacó la importancia de “hacerle entender a todas las personas que tienen derecho a hacer arte, no solamente a consumir o a mirar como pretende el mercado”.

Diversos/as representantes de facultades e universidades de Artes de la región trabajaron durante los últimos años para que el arte y la cultura sean incluidas en la CRES 2018. Fotografía: Universidad Nacional de las Artes (UNA)

Según el rector de la Universidad de las Artes de Ecuador es indispensable que el Estado asuma una responsabilidad central en la educación en artes “pero también que asuma de una manera decisiva su responsabilidad en cuanto a la idea del arte para todos, la cultura para todos. Lo que necesitamos es evitar convertirnos en una especie de espacio cerrado, exclusivo”. Además, destacó que esta educación para todxs tiene que ser de calidad y “ello significa que tiene que ser, en nuestra opinión, esencialmente crítica, diversa -sobre todo en el sentido de las expresiones culturales más vulnerables-, y tiene que ser un argumento para salir de un proceso hegemónico que lo único que hace es agrandar las brechas entre unos y otros”.

Finalmente, Noriega concluyó: “Esta conferencia es importante en la medida que nos coloquemos en una situación de salir de la universidad del siglo XX tradicional, hacer de la universidad una herramienta de transformación pública, política, e imaginarnos un mundo otro, que ponga un punto de quiebre definitivo con respecto a un modelo de progreso y desarrollo que lo único que hace es colocar al capital antes que al ser humano”.

 

Exposición completa de Sandra Torlucci en  la mesa de debate “Artes y patrimonio cultural en la educación superior” de la CRES 2018. Video: TV5 – Facultad de Artes UNC:

 

*Licenciada en Comunicación Social, Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UNC. Magíster en Comunicación, Periodismo y Humanidades. Prosecretaria de Comunicación Institucional de la Facultad de Artes UNC.