Los desentrañadores de enigmas: Sofistas autóctonos en el anfiteatro griego cordobés

Tres sátiros y Dionisio naufragan en Córdoba huyendo de un ataque. Este es el punto de partida de la obra dirigida por David Piccotto, que se presentó en marzo pasado en el Parque Sarmiento. Un drama satírico que reemplaza la arena griega por la geografía cordobesa para preguntarse por lo clásico y lo heredado y romper con la pureza de la comedia y la tragedia desde el lenguaje y la propia cultura.

Por Gabriela Aguirre*

Imaginá un viaje. Un viaje que se vuelve un naufragio. Despertás y no entendés nada. Nada. Ni una palabra, ni un cartel, ni una señal luminosa. No hay semáforos que ordenen, no hay antenas ni señal de celular. No hay mapas. Los únicos habitantes que encontrás parece que no te entienden. Sus movimientos de cabeza son inexactos, sus manos bailan imprecisas. No lográs entender nada. Hasta que te ofrecen algo. Ves el fondo del recipiente que te alcanzaron, y con una felicidad indescriptible te das cuenta que es vino. No hay lenguaje pero hay vino, entonces hay entendimiento. Sabés que estás salvado.

El lado B. Imaginá ahora que estás en tu ciudad de siempre. Salís a caminar un domingo por la tarde por el parque Sarmiento, nuestra costanera sin mar. Pasan corriendo grupos y grupos de footineros, paseadores de perros, abuelas con nietxs. Paseás por la plaza de google -la de los círculos de colores- y por los chori del Dante, tal vez el mejor puesto de chori antes de la moda chori-fashion, porque ahora ser fashion en un chori te lo hace cualquiera -le meten chimi, le meten pickles, hasta le meten sushi al chori para ganar esta nueva plaza popu-gourmet-.

Los desentrañadores de enigmas: Sofistas autóctonos en el anfiteatro griego cordobés

Dejás los chori para más tarde y pasás por el teatro griego. La puerta está abierta, y desde el fondo del anfiteatro se escuchan dos tipos que hablan. Casi que seguís de largo pero estos dos hablan raro. Y no raro a lo DT de Talleres. Raro raro. Y de corrido, como que recitan pero no. Ya entraste. Los tipos del fondo siguen hablando. Te das cuenta que tienen un aspecto también raro, como mitad animal. Lleno de pelos, cuernos, y andan de puntitas de pie. Son graciosos, logran que se les entienda todo por más que hablan así, como si fueran los primeros en decir algo en la historia de la humanidad. Ves que hay un montón de gente que se ríe, así que te quedas y te acomodas en una grada, de esas tan amplias que te entran las piernas estiradas si querés.

La cosa mejora. Ya no te es raro como hablan. Ya te acostumbraste y les entendés todo, o casi todo. Son ágiles los tipos. Saltan, van y vienen, tocan instrumentos, recitan. Lo filmás un ratito pero después pensás que nadie va a entender nada, que hay que estar ahí para entender. Guardás el celu y ya está: estás entregadx.

Griegos tomando un fernando

Muchxs fueron lxs entregadxs a ver esta obra que versa sobre un clásico griego. Los desentrañadores de enigmas, de Guillermo de Santis y David Piccotto, con dirección de Piccotto, se presentó en la ciudad de Córdoba en octubre del año pasado y marzo de este año en el anfiteatro griego, al atardecer y con entrada gratuita; tres características poco usuales de ver juntas en el teatro local.


En este drama satírico -género no sobreviviente de la herencia griega- tres sátiros y un dios naufragan en Córdoba huyendo de un ataque. Durante la obra intentan develar dónde están y cómo los recibirán en estas tierras que no adoran a Dionisio pero sí al vino. 

En este drama satírico -género no sobreviviente de la herencia griega- tres sátiros y un dios naufragan en Córdoba huyendo de un ataque. Durante la obra intentan develar dónde están y cómo los recibirán en estas tierras que no adoran a Dionisio pero sí al vino. Se preguntan quiénes serán éstos que hablan de todo: “¿Poetas o filósofos? …Incontinentes verbales”, contesta uno de los sátiros a Dionisio, antes de terminar tomando fernet y anotado en un plan de vivienda otorgado por el gobierno local, entrampado por estos nativos que ellos mismos describen así:

Sileno: Son una fuente inagotable de jaculatorias que festejan como genialidades del idioma.
Sátiros: Nada más extraño. Digno de filósofos.


Tres sátiros y Dionisio naufragan en Córdoba huyendo de un ataque. Este es el punto de partida de la obra dirigida por David Piccotto, que se presentó en marzo pasado en el Teatro Griego.

Sileno: Debemos aprender a hablar como ellos para lograr que nos ubiquen en un mapa y nos asistan con vituallas.
Sátiros: ¿¡Qué!?, estás loco. Es imposible hablar con continuos refranes y frases alocadas. Siempre fui renuente a deformar la lengua y nunca consentí los barbarismos.
Sileno: ¿Ves? Hablas como los sofistas autóctonos. Es una enfermedad contagiosa.

Desentrañar los vericuetos cordobeses para nombrar, para cantar, para negociar, hasta para levantar, es la clave de la supervivencia de estos sátiros. Pero no en todo chocan, porque parece que lxs cordobeses tenemos mucho de sátiro en nuestras formas, y basta un rato para entender que estos náufragos llegaron al lugar justo; ni que fuéramos familia.

Los desentrañadores de enigmas es una obra pensada para interpelar a un público que no es natural del teatro local ni del teatro clásico, territorio que Piccotto viene explorando a su manera con Payasos en Familia (versión de En familia del dramaturgo Gregorio de Laferrère), Las de Naides (versión de Las del Barranco del mismo autor), o su versión de Las tres hermanas de Antón Chéjov.

Pese a su nombre (que promete lo que no es: distante, empopada, letrada), Los desentrañadores… se pregunta por la vigencia del encuentro, que no impone una lengua de la realeza por sobre la particular, que hace un guiño a los ¿encantos? de nuestras cordobesadas, que se acerca hasta meterse en el pozo de nuestro lenguaje y nuestra idiosincrasia -si es que hay una, si es que es asible-. Sin grandes y pomposos teatros. A pelo. Con mucho despliegue actoral, musical y una puesta efectiva. Una obra que, felizmente, se pregunta por el estatuto de lo clásico, por lo hegemónico del lenguaje y por el estatuto del espectador, del otrx como ciudadanx, como par y como constructor conjunto de sentido. Que se cuestiona lo propio, lo ajeno y lo heredado como identidad. Gran invitación que promete un auspicioso viaje. Un viajezononón.    

Los desentrañadores de enigmas

Con Maximiliano Gallo, Rodrigo Gagliardino, Marcos Cáceres, Nelson Balmaceda
Música y diseño sonoro: Jorge Pico Fernández
Iluminación: Rafael Rodríguez
Escenografía y vestuario: Ariel Merlo
Asistente de dirección y Producción: María Paula del Prato
Realizador de escenografía y máscaras: Juan Manuel Marull
Realización de vestuario: Juan Carlos Nieva
Entrenamiento físico: Diego Haas
Grabación y edición musical: Matías Ezequiel Rodríguez
Dramaturgia: Guillermo De Santis y David Piccotto
Dirección David Piccotto
Producida con fondos del programa Teatro Nacional Argentino – Teatro Cervantes produce en el país y co-producida por la Municipalidad de Córdoba.

*Directora, actriz y docente del Departamento de Teatro de la Facultad de Artes de la UNC